lunes, 2 de julio de 2007

un hotel muy costro

Os voy a contar una bonita costro-historia sobre cómo lo malo, aún siendo peor, puede llegar a venderse y a gustar.
Todo empezó hace unos diez años, con el primer cliente de una agencia holandesa llamada Kessels Kramer, el hotel Hans Brinker Budget de Amsterdam. Este hotel es el típico albergue al que vas cuando eres estudiante, no hay dinero, y hay otras muchas más prioridades antes que la limpieza o comodidad de una habitación [seguro que la mayoría de vosotros habéis estado en alguno parecido, y si no, no sabéis lo que os habéis perdido...]

Bueno, sigo con la historia que me pierdo. El dueño del hotel explicó a la agencia que quería aumentar la clientela en temporada baja sin necesidad de bajar los precios. Además, recalcó que había mucha competencia por la abundancia de hoteles parecidos en cuanto a oferta.

Los de la agencia se fueron a pasar 2 noches al hotel para conocerlo bien y vivir en persona los argumentos de venta y los puntos fuertes que podían exprimir en la publicidad. Pero no encontraron nada bueno en el hotel: habitaciones con literas para 6 personas, ruido por las noches, no se podía dormir, nada de servicio. Vamos, un hotel muy chungo.

Decidieron entonces darle la vuelta y comunicar con sentido del humor lo cutre que es el hotel. Al fin y al cabo, los jóvenes ya saben a lo que van cuando se alojan en estos sitios, ¿no?.

Los primeros carteles resumían, con mucha sinceridad, lo que el hotel prometía al cliente: Ahora tenemos más ruido!! llave gratis con la habitación! más habitaciones sin ventana!!





La campaña tuvo una buena respuesta, que mejoró aún más con la siguiente foto:


Con el texto "Puedes encontrar más como estas en la entrada principal de nuestro hotel" en la banderita, enviaron una copia a los medios internacionales. La CNN se fijó en ella sacándola en uno de sus informativos hicieron un reportaje en el hotel. A partir de ahí, el hotel se hizo famoso en otros países y se convirtió en uno de los preferidos de los jóvenes cuando viajan a Ámsterdam.

El concepto sigue funcionando muy bien, pero es necesario innovar en cuanto a los mensajes para que el target no se canse:



La página web del hotel también está curiosa. Mantiene lo cutre como idea de fondo (las letras se caen, hay imágenes que no aprecen...), pero podéis encontrar allí varios videotubos que, en forma de spot, muestran las comodidades del hotel. Bastante cachondos, por cierto.

Esta es la diferencia que hay antes de entrar al hotel y después de pasar unos días en el mismo.


Y esta es la campaña para mejorar nuestro sistema inmune. Con tantas medicinas y entornos limpios nuestro sistema inmune está disminuyendo su eficacia. Que mejor que ir al Hans Brinker para aumentar nuestras defensas frente al ataque de bacterias y ácaros.


Los resultados de esta comunicación: la ocupación aumentó un 50%, el hotel es famoso en todo el mundo y las reclamaciones disminuyeron (no hay nada como saber manejar las expectativas de los clientes)

En resumen,este es un gran ejemplo de como se puede hacer una gran campaña de publicidad con poco presupuesto. Solo hace falta un cliente que quiera arriesgar y una agencia con grandes ideas y capacidad para ejecutarlas.

Vía Mus de Gofio, entre otros

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